DIALÉCTICA LIBERTARIA

Alberto Híjar Serrano

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DIALÉCTICA LIBERTARIA

Como buen revolucionario, José Hernández Delgadillo enseña a romper con el individualismo mercantilizado propio de la acumulación capitalista. Los prestigios y las famas reconocidas por las instituciones de los estados burgueses, orientan los trabajos del joven pintor reconocido en 1961 por la Bienal Internacional de Jóvenes Pintores de París. Su beca fue ampliada hasta 1963, gracias a su exitosa obra figurativa pero aceptable por su calidad en el auge abstraccionista de la Escuela con el nombre de la ciudad central de la revolución burguesa. Su cuadro de gran formato, Hombres de 2 x 140 m. prueba la fuerza de grises y ocres leves con las texturas constructoras de dos poderosos cuerpos de manera afín al Grupo Nueva Presencia, convocante de un humanismo opositor a la escalada artepurista crecida a raíz del triunfo de Cuba que respondió a la invasión derrotada en Playa Girón de 1961, con la proclama del socialismo. Revolución Cubana y Escuela Mexicana son, desde entonces, las tendencias combatidas por la cultura capitalista concretada en becas, exposiciones, publicaciones y museos de arte moderno en México, Argentina y Venezuela para rechazar toda narración histórica formadora del sujeto político nacional y popular. Muda geometría aparatosa ensucia desde entonces los paisajes urbanos como signo del poder despótico.

De aquí la respuesta de colectivos de escritores, poetas, teatreros y actrices, músicos y músicas, pintores, grabadores, editores. Arte Colectivo en Acción aparece desde 1961 en huelgas, tomas de tierra, plantones, mientras la Galería Edward Munch y sus exposiciones en el camellón de La Condesa se apropiaban del espacio público. El grupo actuaba mientras Hernández Delgadillo pintaba para entregar la obra al final de la asamblea. En el CCH Azcapotzalco fue mural el ovacionado.

Un diseño elocuente de fauces, puños, cuerpos en acción, fusiles y machetes organizados con trazos enérgicos para dotarlos de movimiento, fueron reproducidos en universidades, normales rurales y escuelas técnicas que así significaron su identidad. De norte a sur, de este a oeste, las obras de Hernández Delgadillo concretaron la necesidad significante de los movimientos populares independientes de los patrocinios oficiales.

Este gran trabajo de agitación y propaganda cuenta con una praxis estética de excelencia como significación abierta realizada con destreza técnica en eventos irreductibles a la sensiblería individualista. Incluyeron carteles y libros de gran formato para dar a entender el sentido libertario de las fuerzas productivas.

José Hernández Delgadillo asumió la responsabilidad política necesaria contra el ocasionismo por lo que militó en el intento de organizar las izquierdas luego del fin del Partido Comunista Mexicano en 1981. Con su praxis estética enfrentó la falsa apertura democrática de los intelectuales y artistas bien dispuestos a olvidar el terrorismo de Estado. Trabajador ejemplar, Hernández Delgadillo iba del consejo del Salón de la Plástica Mexicana a la reunión partidaria y al evento de Arte Colectivo en Acción, siempre animoso y combativo. Así ganó respeto solidario y hasta su última obra escultórica inconclusa en un parque en Hidalgo, su estado natal, procuró la fraternidad entre colegas que se atrevieron a terminarla como prueba de intervención con una poética amorosa, solidaria con la necesidad de liberación de las fuerzas productivas en beneficio de la gente común.


Tlalpan, México 21 de agosto de 2020.

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